Episodio 9 :Una nueva alianza

por **Magnus** Lun Dic 23, 2013 12:01 pm

Rechazados por los pragmáticos enanos y los neutrales arteias, los elfos se quedaron sin aliados en la guerra contra los orcos. Mientras lamentaban su suerte, los Elfos se vieron sorprendidos por la aparición de un extraño entre sus filas. El desconocido se arrodilló ante el rey elfo, quien se asomó más cerca para descubrir que el desconocido era un representante de los seres humanos. El desconocido llevaba una corona hecha con ramas de los árboles.

"¿Qué esto? ¿Eres el líder de los humildes seres humanos?" preguntó el rey elfo. "¿Acaso vienes a burlarse de nuestra situación?"

El humano inclinó la cabeza y habló, "No, rey sabio. Venimos a ver si nuestras débiles fuerzas pueden ser de alguna ayuda."

Los elfos se alegraron, porque aunque los humanos eran tontos y débiles, su gran número podría ser de ayuda en la batalla.

"Encomiable de tu parte, rey humano, "accedió el rey elfo . "Por insignificantes que sean, su devota lealtad y voluntad de sacrificar sus vidas por nosotros es admirable. Salid en la batalla por la victoria y se os dará un lugar debajo de los elfos"

El rey humano hizo una profunda reverencia y luego levantó la cabeza, frente a su homólogo elfo. "Su majestad, "dijo, "Nosotros, los seres humanos no tenemos mas que una petición que hacer antes de ir a la batalla por la gloriosa victoria de la raza élfica. Nuestros poderes son demasiado débiles. Nuestros dientes no pueden siquiera arañar la piel de los orcos y nuestras uñas son inútiles contra sus músculos. te pedimos a ti, nos concedas el poder de estar en contra de ellos. Enséñanos el conocimiento de su magia. "

Esta proposición audaz dejó a los elfos conmocionados y enfurecidos. Enseñar magia a los humanos? ¡Nunca! Gesticulaban, invocando hechizos para convertir al ser humano a un montón de cenizas, pero el líder elfico Veora intercedió. Sintió que la solicitud no era una amenaza y debía ser considerada. Los humanos eran demasiado débiles, y dificilmente podrian vencer a los orcos sin ayuda. Y con sus mentes inferiores, los humanos nunca serían una amenaza incluso si eran capaces de aprender la magia. Y así les dio apoyo, lo que más tarde le costaría la vida.

Los seres humanos absorben rápidamente los caminos de la magia, aprendiendo mucho más rápido de lo que los Elfos habían previsto. Los cuerpos humanos, aunque no tan fuertes como los de los Orcos, se han fortalecido a través del trabajo constante y la lucha interna entre su especie. Eran aptos con sus manos y tenian habilidad para blandir las armas, y más que nada, su número era enorme e impresionante. En un corto período de tiempo, el ejército humano se convirtió en una fuerza formidable.

Texto_Original escribió:
Turned down by the pragmatic Dwarves and neutral Arteias, the Elves were left with no allies to wage war against the orcs. Left to bemoan their fate, the Elves were surprised by the appearance of a stranger among their ranks. The stranger knelt before the Elven king, who peered closer to discover the stranger was a representative of the Humans. The stranger wore a crown made of tree branches.

"What is it, leader of the lowly humans?" the Elven king asked. "Do you come to mock our plight?"

The Human bowed his head and spoke, "No, wise king. We come to see if our feeble forces may be of any assistance."

The Elves rejoiced, for though the humans were foolish and weak, their great numbers could be of help in battle.

"Very commendable of you, Human king," the Elven king acquiesced. "Insignificant beings you may be, but your devoted loyalty and willingness to sacrifice your lives for us is admirable. Go forth in battle to victory and you shall gain standing directly beneath the elves."

The Human king bowed deep before the Elven king, then lifted his head, facing his Elven counterpart. "Most noble Elven king," he spoke, "We Humans have but one request to make before we battle for the glorious victory of the Elven race. Our powers are too weak. Our teeth cannot even scratch the skin of the Orcs and our nails are useless against their muscles. We beg of you, grant us the power to stand against them. Teach us the knowledge of your magic."

This bold proposition left the elves shocked and infuriated. Teach magic to humans? Never! They gestured, invoking the spells to turn the human to a heap of ashes, but the Elven leader Veora interceded. She felt the request was no threat and should be honored. The Humans were too weak, and it would be doubtful that they could beat the Orcs without help. And with their inferior minds, the humans would be no threat were they even able to learn magic. And thus she made a stand that would later cost her life.

The Humans quickly absorbed the ways of magic, learning much faster than the Elves had anticipated. The Human bodies, though not as strong as those of Orcs, had been strengthened through constant labor and infighting among their kind. They were adept with their hands and could skillfully wield weaponry, and more than anything else, their numbers were huge and impressive. In a short amount of time, the Human army became a formidable force.